Sobre las Ciencias Védicas y el corazón del hombre
“En los Vedas, la idea de un Dios omnisapiente y omnipotente se considera
la forma más extrema de ignorancia”.
Erich Fromm
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Las ciencias védicas son todas
las disciplinas que derivan en lo que en su día se llamo hinduismo, una
corriente de conocimiento espiritual originada en los vedas y que se compone de
seis diferentes disciplinas o ramas, creo que se puede decir así sin faltar
demasiado a la verdad, que desembocan en un eje central que tiene como fin
común la autorrealización del ser.
El yoga, o ciencia de la meditación, es una ciencia que va desde los
principios más básicos de la vida de acuerdo con el dharma hasta los más
profundos estados de samadhi; el vedanta, o la filosofía de la autorrealización,
es una enseñanza sistemática de los Upanishads,
una visión no dualista del alma y del Creador, el Ser Supremo y lo absoluto más
allá del tiempo, el espacio y el karma;
jyotish, o astrología védica, es la
ciencia de la luz, la ciencia del tiempo y el karma, nacida en un tiempo en el que la humanidad tenía un gran
conexión intuitiva con lo sagrado y el universo; vastu, o vastushastra, la ciencia de la construcción, la
arquitectura, basado en los principios sobre cómo las leyes de la naturaleza nos
afectan según la construcción de nuestras viviendas y lugares públicos, algo
así como el feng shui chino; el sanskrito,
importante por ser la lengua sagrada en la que los dioses revelaron los Vedas a
los antiguos rishis y el vehículo de mantras y cantos sagrados y el ayurveda, o ciencia de la vida, el
aspecto médico, curativo, esencial, junto con las otras cinco disciplinas
nombradas, para alcanzar la meta en la vida, el estado de absoluta conciencia o
autorrealización.
Y ya que hemos empezado citando
a Erich Fromm, acabemos citándolo de nuevo en torno a un pensamiento del Nuevo
Testamento sobre si el hombre es lobo o cordero.
“Pero si la mayor parte de los hombres fueron corderos, ¿por qué la vida
del hombre es tan diferente de la del cordero? Su historia se escribió con
sangre; es una historia de violencia constante, en la que la fuerza se usó casi
invariablemente para doblegar su voluntad. ¿Exterminó Talaat Pachá por sí solo
miles de armenios? ¿Exterminó Hitler por sí solo a millones de judíos? ¿Exterminó
Stalin por sí solo a millones de enemigos políticos? Esos hombres no estaban
solos, contaban con miles de hombres que mataban por ellos y que lo hacían no
solo voluntariamente, sino con placer”.
Fromm concluye que “el hombre ordinario con poder
extraordinario es el principal peligro para la humanidad y no el malvado o el
sádico”.
“El hombre es el único animal para el que su propia existencia es un
problema que resolver”.
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