EL SENSATO SENTIDO DE LO ABSURDO O LA DISPARATADA RACIONALIDAD DEL SINSENTIDO

 



Continuación del discurso sobre el dolor “duhkha” que iniciaba una serie escritos relacionados con la terapia Marma en el Ayurveda

 

 

Las mentes más avanzadas de la élite científica reconocen que…

 

El viejo paradigma de que la mente se encuentra en el cerebro está cambiando hacia uno nuevo en el que es el cerebro quien vive en la mente; tal y como consideraba ya el ayurveda desde hace algún tiempo. Lo cierto es que no se pueden separar cuerpo y mente, y tampoco se puede decir que estén ambos en el mismo lugar.

Mente y cuerpo no son dos cosas diferentes interconectadas son una única entidad cohesionada.

El cuerpo es mente cristalizada y la mente es el aspecto energético del cuerpo.

La mente es una corriente de pensamiento igual que un rio es una corriente de agua, así como esté el agua estará el rio y así como uno piense será su mente.

La mente impregna hasta la última célula del cuerpo y cada célula del cuerpo es determinante del pensamiento que fluye en la mente.

Todo cambio en el estado mental se refleja instantáneamente en la química del cerebro y en el funcionamiento del cuerpo.

 

Las mentes más avanzadas de la élite científica reconocieron que…

 

Así como ojas (sistema inmune) es una consecuencia del equilibrio y la buena salud de nuestros siete tejidos, el flujo de la mente es la consecuencia del buen estado y equilibrio de nuestros dieciséis canales (srotas).

 La existencia humana se refleja en cinco planos de diferente densidad conocidos como los cinco cuerpos o envolturas (koshas), representados por annamaya kosha: el cuerpo físico (o el alimento), pranamaya kosha: la energía vital (o la respiración), manomaya kosha: la mente, vijnanamaya kosha: el conocimiento o la conciencia y anandamaya kosha: la dicha o felicidad.

El término mano vaha srotas ‘canal por el que fluye la mente’, tiene su raíz en el corazón, el cerebro y el sistema de chakras, es desde aquí que surge esta corriente de conciencia que llamamos mente y, aunque comprende a la totalidad de los srotas, está estrechamente relacionado con majja vaha srotas, el canal formado por el sistema nervioso y la médula espinal, juntos forman el flujo de la inteligencia que nos permite bucear en las profundidades de los océanos del conocimiento y de la emoción.

Guiados por la fuerza de mano agni se establece una relación armónica entra prana vayu, sadhaka pitta y tarpaka kapha estimulando (o degradando en el caso contrario) las capacidades de memoria, concentración, juicio, razonamiento y comunicación.

Este canal se ve seriamente afectado cuando uno se alimenta con la famosa dieta tamásica, dieta con exceso de productos pesados, alimentos procesados, carnes, pescados…, mal cocinados (por exceso o por defecto) o conservados más de un día (aunque sea en las condiciones recomendadas por las autoridades sanitarias). El abuso de alimentos calientes, picantes o especiados en exceso, fermentados, alcohol, drogas…, propios de la dieta rajásica, tampoco le son favorables en absoluto.

La cualidad sátvica de la conciencia se refleja en la expresión natural de la mente, es por ello que la dieta, para estar en coherencia con la finalidad y el propósito de la existencia humana, ha de tener las mimas cualidades; recuerden… “Lo similar aumenta lo similar, lo contrario lo disminuye”.

Mano vaha srotas se refiere principalmente a la apertura por donde la energía fluye, habiendo tres lugares o puertas a través de las cuales se puede acceder a este canal. Estos son: el espacio sináptico entre las neuronas, los órganos de los sentidos y los puntos marma. Por lo tanto, tenemos una serie de puntos (dentro de los ciento y pico que existen) que actúan como un puente directo entre la mente y el cuerpo físico. Estos son: Ajna, Brahmarandhra, Hasta Kshipra, Hrid, Janu, Jatru, Murdhni, Nabhi y Shivarandhra. Se encuentran en la cabeza, en la zona del pecho y del corazón y, curiosamente, en el borde de la uña del pulgar (Hasta Kshipra).

Curioso es también lo que ocurrió y ocurre con la WFP (world food programme), que ganó en el 2020 el Premio Nobel de la Paz por “sus esfuerzos en el combate contra el hambre, por su contribución en la mejora de las condiciones para la paz en zonas de conflicto y por su actuación en la prevención del uso del hambre como arma de guerra” durante un año en el que se pueden contar sesenta y dos conflictos armados en el mundo, dos más que en el año anterior y un estado del hambre, que según un informe de las Naciones Unidas, “aumentó en cuarenta seis millones de personas desde el año 2020 hasta hoy”. Dicho premio, el merecido Nobel de la Paz, sepan, pasó de los 14.000 euros, a principios del siglo XX, a los 964.000 euros que alcanza en la actualidad y que cuando el Dalai Lama se enteró de que había sido galardonado con él y de que este iba asociado a una cantidad de dinero, que fue en el mismo momento en que el periodista le preguntó qué iba a hacer con él, dijo: “Wonderful. There’s a leper colony in India I’ve wanted to give some Money to”.

Les dejo el link a la WFP y si alguno de ustedes encuentra el destino final del importe asociado al premio que me lo haga saber, tengo verdadera curiosidad porque estoy seguro de que habrán hecho cosas maravillosas dignas de ser recordadas; el botón de donar, ese no hace falta, se encuentra fácil, está por todas partes, en rojo furcia, taladrándote la retina en cada clik.

Me han acusado recientemente de que mis escritos no tienen sentido, algo así como que mezclo churras con merinas, que lo dejo sin terminar. Sin duda este piropo ha marcado un nuevo rumbo en mi concepción del arte de escribir. Espero, de todo corazón, que ustedes tampoco entiendan nada, ni de lo que aquí se dice ni de lo que en el mundo ocurre. Las consecuencias serían desastrosas. 


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